Algunos piensan que el cristiano no debe de juzgar y la mayoría de ellos lo piensan sin saber si quiera el
significado de la palabra juzgar, se basan únicamente en una interpretación apresurada de un versículo de Mateo 7 que nos dice "No juzguéis para que no seáis juzgados." y lo dejan ahí sin seguir leyendo su contexto, además que
ignoran el resto de la palabra de Dios que nos envía directamente a juzgar, ellos toman en cuenta solo este segmento del versículo, lo curioso es que
ahí mismo en Mateo 7 Cristo nos envía directamente a juzgar al árbol por sus frutos al decirnos "Así que, por sus frutos los conoceréis.", ¿cómo puedo saber si un fruto es malo si no puedo juzgar el fruto?, tal hazaña sería imposible, pero a satanás le serviría que dejemos de llamar al mal como tal.
Para empezar, definamos lo que significa Juzgar, tal y como podemos observar
en el diccionario juzgar es: "tener una opinión sobre algo o alguien", ni más ni menos, ¡siempre que analizamos algo lo estamos juzgando!, siempre que analizamos si algo es bueno o malo ya lo estamos juzgando, es decir
todos juzgamos cada día de nuestras vidas hasta la muerte. Un hermano una vez dijo "El que diga 'no somos nadie para juzgar...' nos ha juzgado a todos de nadie y de incapaces para discernir", y así es, por tanto, el que diga estas cosas se está contradiciendo y está juzgándonos, pero juzgándonos erróneamente porque la palabra de Dios si nos manda a juzgar, con juicio justo.
Juzgar todo con juicio justo.
En cuanto al juzgar lo que Cristo nos dice es lo siguiente, Juan 7: "No juzguéis por la apariencia, sino
juzgad con juicio justo.", ahí está, es un mandamiento el juzgar,
"juzguen con juicio justo", tenemos que juzgar todo pero no por la apariencia sino con un juicio justo, y es que en verdad ni siquiera nosotros estamos juzgando sino que es la palabra de Dios la que ha puesto todo bajo juicio, nosotros simplemente la tomamos y la aplicamos
llamando bueno a lo bueno y malo a lo malo Isaías 5: "¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!",
a lo amargo tenemos que llamarlo amargo, pero para eso debo de juzgarlo como amargo, a la tiniebla tengo que llamarle tiniebla pero para eso tengo que juzgarla como tiniebla, aunque a esto también se le puede llamar juzgar a partir de la palabra de Dios, fundamentándonos en ella y por eso es que es juicio justo.
¿Queda claro que no podemos pasarle por encima a un mandamiento de Cristo?,
el juzgar con juicio justo es un mandamiento de Él.
Importancia de juzgar toda obra.
Debemos confrontar el error con la verdad bíblica, en Santiago 5 nos dice "Sepa que el que hubiere hecho convertir al pecador del error de su camino, salvará un alma de muerte", pero para hacerle convertirse de su error primero tengo que j
uzgar su camino y su opinión como errónea, ahí ya juzgué, al
tomar la palabra de Dios y comparar su opinión con la palabra de Dios ya estoy juzgando su opinión o su obra. ¿Como podemos llamarle pecado a su pecado si antes no podemos juzgarlo como pecado?
A
satanás le interesa que el pecado no sea expuesto como pecado, que nadie le llame pecado al pecado, que el que necesita exhortación y corrección no sea corregido pues estaríamos juzgando sus actos como malos para así poder corregirle. Recordemos que
una cosa es el juicio y otra la sentencia, aquí no estamos hablando de sentenciar sino de juzgar (omitir opinión acerca de ese acto), La confrontación bíblica genera liberación, en Juan 8 nos dice: "Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.", es necesario permanecer en su palabra, si alguien se desvía y yo le digo: "lo que está haciendo es pecando vea estos versículos...", en ese momento le confronté y puede llegar a ser libre, pero también juzgué sus actos como malos, más si no puedo juzgar su camino como camino pecaminoso jamás podré generar liberación en el.
¿Cristo, los apóstoles y la iglesia primitiva juzgaban?
Podría decir que Cristo juzgaba y mencionar numerosos ejemplos donde juzgó a todos, a unos dignos de arrepentimiento, a otros como serpientes o sepulcros blanqueados e incluso a otros les juzgó como hijos del demonio, pero alguien astutamente podría intentar decir que solo Cristo puede juzgar, aun habiendo visto como
Cristo nos decía en Juan 5 que juzguemos con juicio justo y no según las apariencias, y en
Mateo 7 nos decía que juzguemos a cada árbol(persona) reconociéndole según sus frutos; es decir según sus obras. Así que mejor veamos ejemplos de hombres de Dios, de cristianos juzgando tal y como Cristo nos envió, para ejemplo en Gálatas 2 vemos que Pablo juzga a Pedro, nos dice: "Pero cuando Pedro vino a Antioquía,
me opuse a él cara a cara, porque era de condenar. Porque antes de venir algunos de parte de Jacobo, él comía con los gentiles, pero cuando vinieron, empezó a retraerse y apartarse, porque temía a los de la circuncisión. Y el resto de los judíos se le unió en
su hipocresía, de tal manera que aun Bernabé fue arrastrado por
la hipocresía de ellos." Pablo juzgó estos actos de Pedro como actos hipócritas, y no solo dijo que era de juzgar sino hasta de condenar, no que Pablo le condenara, pero en su juicio justo si Pedro seguía así era de condenar, por lo tanto, Pablo con amor hacia Pedro
le confronta firmemente y cara a cara, llamando a su hipocresía por tal nombre, le corrigió y le dijo que hacía mal, esto generó cambio en Pedro.
¿Por qué Pablo sabía que esa actitud de Pedro era de condenar y tenía que juzgarse como actitud mala para luego corregirle?, porque él había escudriñado mucho las escrituras y conocía que la hipocresía es de condenar, así mismo nosotros sabemos que la fornicación, que la mentira, que el adulterio, que las palabras soeces son de condenar, y el que muera en ello al infierno irá a parar, porque así nos lo dice la palabra de Dios, y nosotros corregiremos a los que tal hagan.
En 2 Timoteo 4 vemos que Pablo juzga a Alejandro como
persona de la que hay que cuidarse y como persona que ha hecho mucho daño tanto a Pablo como al Evangelio, y dice: "Alejandro, el calderero, me hizo mucho daño; el Señor le retribuirá conforme a sus hechos.
Tú también cuídate de él, pues se opone vigorosamente a nuestra enseñanza.", En esta ocasión la importancia de juzgar a Alejandro como persona que ha hecho mucho mal es para
comunicarle a otro cristiano, que se cuide del que hizo mal. Si en la actualidad hacemos esto mas de uno diría "tú no puedes jugarme ni andar diciendo que yo hice mal, blablabla...", les gusta hacer mal, pero aborrecen que alguien se cuide de ellos y cuide a otros de ellos.
En 1 Corintios 5 vemos que Pablo habla como había que juzgar dentro de los templos a todos los que cometían inmoralidades y continuaban de manera intermitente, e incluso recomendaba expulsarlos, decía él lo siguiente: "Pues yo, por mi parte, aunque ausente en cuerpo pero presente en espíritu, como si estuviera presente,
ya he juzgado al que cometió tal acción.", Pablo si j
uzgaba y además enviaba a la iglesia a juzgar en conjunto guiados por el Espíritu Santo y el Evangelio.
Explicación de Mateo 7 y el juzgar.
¿Será que el Cristo de Mateo 7 se opone al Cristo de Juan 7, o será la
mala interpretación que hacen algunos de Mateo 7?, Preguntémonos ¿que realmente nos dice ahí cuando nos dice que no juzguemos si no queremos ser juzgados? , si vemos el contexto en el siguiente versículo ahí mismo nos dice "Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados",
Cristo jamás nos dijo "No juzguen porque es pecado", jamás dijo "No juzguen porque la sentencia que den con esa serán sentenciados", una cosa es la sentencia y otra cosa es el juzgar, y tampoco dijo "Jamás juzguen" lo que nos ha dicho es que
si no queremos ser juzgados por otras personas no juzguemos, veamos la versión que nos da en Lucas 6, acerca de este mismo acontecimiento nos dice: "No juzguéis, si no seréis juzgados", no dice que seremos condenados o juzgados injustamente sino que
simplemente seremos juzgados, y posteriormente añade "Porque con la medida con que midáis, se os volverá a medir.", ¿ahora si queda más claro lo que ya estaba claro?, mas
¿quién es el que le huye al juicio?, yo no, yo les invito a que juzguen cada una de mis palabras a la luz de la Biblia y que así comprueben si lo que les comparto proviene de mi o está fundamentado en la palabra de Dios,
aquel cuyas obras son malas este es el que le huye al juicio, porque de todas formas
llegará un juicio donde todos seremos juzgados, tanto los que juzgamos abiertamente como los que dicen no juzgar pero igual lo hacen a diario sin darse cuenta.
Veamos Romanos 2: "Por lo cual no tienes excusa, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas, pues al juzgar a otro, a ti mismo te condenas,
porque tú que juzgas practicas las mismas cosas.", ¿cuál es el problema entonces?,
el problema es juzgar practicando las mismas cosas, más si no las practico y estoy seguro de ello entonces tampoco temeré a ser juzgado. Hay quienes creen que es más fácil no juzgar si están practicando lo mismo y así creen que se libran de algo, pero tanto los que juzgaron en esta vida abiertamente como los que aparentemente no juzgaron todos seremos juzgados en el juicio final; por lo tanto es más fácil dejar de practicar las mismas cosas que intentar no juzgar, y es que además
si intentamos dejar de juzgar iríamos en contra del mandamiento de Juan 7 y el de Mateo 7 que nos manda a juzgar con juicio justo las obras de cada árbol(persona) a través de la palabra de Dios.
Hace un rato mencionaba que en Mateo 7 también Cristo nos envía a juzgar directamente al decirnos "Así que, por sus frutos los conoceréis.", ¿cómo podríamos saber si un fruto es bueno o es malo sin juzgarlo?, desde que pensamos que
es bueno ya nuestra mente ha emitido juicio sobre este fruto o desde que entendemos que es malo también emitimos juicio. La pregunta es ¿estamos jugando con o sin la palabra de Dios?,
Cristo nos ha dado a los cristianos la potestad de juzgar a través de su evangelio y nadie puede quitarnos esta potestad, nos dice en 1 Corintios 6: "Si
vamos a juzgar a los ángeles mismos, ¡con mayor razón
podemos juzgar los problemas de esta vida!", el que no juzgue todo camino con la palabra de Dios este fácilmente será movido por cualquier viento de doctrina, preferirá incluso que otro ser humano juzgue las cosas por él y le guie, y por tanto vivirá en el error.
¿Por qué el pecador no quiere ser juzgado?
Nos preguntamos ahora ¿por qué si Cristo nos envía a juzgar todo con juicio justo, hay quienes le tienen miedo a esta doctrina e intentan impedirlo?, la palabra de Dios nos dice: "Este es
el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz,
pues sus acciones eran malas.", ¡ahí está el problema!, esta luz vino al mundo y
puso todo bajo juicio, pero la persona cuyas acciones son malas, débiles y vulnerables le huirá al que hable con la palabra de Dios en mano, la palabra de Dios es piedra de tropiezo para muchos, porque su palabra es más cortante que espada de dos filos y nos dice que penetra hasta lo profundo del alma, su palabra nos demanda santidad, ¿cómo no van a reaccionar?, ¿cómo no van a rechazarla?, cuando les damos palabra de Dios,
unos huyen, otros atacan y algunos poquitos, muy poquitos, prefieren ser quebrantados por su palabra para volver a ser edificados por ella.
¿Mas
pruebas de la necesidad y el deber de
juzgar todo con juicio justo?, si claro, veamos, nos dice en Efesios 5:11: "Y no participéis en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien,
desenmascaradlas; porque es vergonzoso aun hablar de las cosas que ellos hacen en secreto.", ¿cómo podríamos saber si una obra es estéril y de las tinieblas si no la juzgamos?,
¿cómo podemos desenmascarar algo que no podemos juzgar?, hacerlo
es un mandamiento no una opción, obviamente esto no es posible sin evaluar y emitir juicio sobre cada acto que observamos, eso sí cuando desenmascaramos una obra estéril
tenemos que estar preparados porque no nos trataran bien sino que el afectado
la emprenderá contra nosotros, y una forma que se ha puesto muy de moda es diciendo "no debes de juzgar lo que hago, juzgar es malo", sí claro, ¡eso quisieran, no ser juzgados!, entonces tenemos dos opciones, obedecemos la palabra de Dios u obedecemos a los que no quieren que sus actos se juzguen.
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