
En apocalipsis hablándonos sobre la vida venidera vemos que nos dice una y otra vez acerca del "vencedor", de hecho la palabra vencedor aparece un gran puñado de veces en Apocalipsis, veamos algunos ejemplos.
Apocalipsis 2: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios"
Apocalipsis 3: "Así
el vencedor será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida, y reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles"
Apocalipsis 21: "
El vencedor heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo."
Pero ¿que es pues el vencedor?, ¿será el que
entendió que Cristo es el hijo de Dios y luego se queda de brazos cruzados pecando a diario? En ocasiones anteriores analizamos con la palabra de Dios siendo luz a nuestro entendimiento que definitivamente
una cosa es haber llegado a Cristo y otra cosa es permanecer en Él, pues como también nos dice en 1 Juan 2: "El que dice que
permanece en El, debe andar como El anduvo." Y ¿qué es andar como el anduvo?, ¿cuándo pecamos andamos como el anduvo?,
¿anduvo Cristo pecando?, en el contexto de 1 Juan 2 nos da la respuesta, previamente nos decía "El que dice: Yo he llegado a conocerle, y
no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él",
andar como el anduvo es guardar los mandamientos, no guardarlos en la mente o en la boca sino
en obra, quebrantar un mandamiento es lo opuesto de guardarlo,
alguien que los quebranta a diario no puede decir que los esta guardando no anda como Cristo anduvo. Queda claro que para vencer en Cristo debemos de estar en Cristo y que solo permanece en Cristo el que anda como el anduvo.
Apocalipsis y el vencedor
En Apocalipsis 2 nos dice cuáles son los únicos vencedores, los únicos que recibiremos la corona de vida, los únicos que permanecieron firmes hasta el fin esto nos lo aclara diciendo: "Y
al vencedor, al que guarda mis obras hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones", el obtendrá la vida eterna, también obtendrá autoridad, y acabamos de ver también aquí que
este vencedor es el que guarda sus obras hasta el fin, tal y como nos decia en 1 Juan 2, el vencedor es pues aquel que guarda las obras de Cristo para hacerlas, sus mandamientos, aquel que está bajo la ley de Cristo
no pecando deliberadamente, no viviendo en libertinaje. Ahí mismo en Apocalipsis 2 añade diciendo: "Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.",
la vida eterna nos coronará, esta será nuestra corona. Pero nos ha sido dado un condicional para recibir la corona de la vida, este condicional es ser fieles hasta la muerte, solo el que permanezca fiel hasta la muerte recibirá la vida eterna. No basta con haber sido fiel por 98 años y morir en pecado tras torcerse la última semana o el ultimo día, sino que
es indispensable permanecer fiel hasta la muerte, y como no sabemos cuál será el último de nuestros días
debemos de estar preparados hoy.
El vencido
No podemos decir que
alguien que con frecuencia está siendo vencido por el pecado sea un vencedor sino que está siendo vencido por el mal, por el pecado está siendo vencido, por eso en Romanos 12 nos dice: "
No seas vencido por el mal, sino
vence con el bien el mal.",
no dice que Dios vencerá el mal por nosotros, sino que
somos nosotros los que tenemos que luchar contra nuestra carne para
vencer el mal con el bien, debemos de apartar las obras de la carne, negarnos a ellas y no acudir a ellas, pero además de quitar el mal
tenemos que rellenar nuestra vida con bien, tenemos que rellenar cada día con buenas obras cristianas como lo es
el propio amor al prójimo, el amor a Dios y todo lo que de ello se deriva. No es posible vencer el mal sin el bien, por eso nos dice "vence con el bien el mal", entonces nos apartamos de las malas obras y rellenamos todo nuestro día con buenas obras de amor al prójimo y amor a Dios, pero tampoco dice haz el bien y también el mal sino que dice: "vence con el bien el mal" tenemos que
vencer por completo con el bien el mal, no el del mundo,
el mundo continuará empeorando cada día, el mundo tendrá más pecado cada día y se apartarán más de Dios, pero
debemos vencer el mal que quiere vencernos, es decir el que quiere llevarnos a pecar, porque
siempre o somos vencidos por el pecado o somos vencedores venciendo al pecado, a la carne y sus obras.
Acerca del vencido nos dice en 2 Pedro 2: "Porque si después de haber escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, de nuevo son enredados en ellas y vencidos, su condición postrera viene a ser peor que la primera.", cada vez que alguien es vencido pues termina regresando a pecar, su condición espiritual es peor que antes de haber llegado a Cristo, por lo tanto le costará mucho más apartarse del pecado nuevamente, y entre más se deje vencer por el pecado más le costará salir de él. Tenga cuidado no vaya a ser que un día se levante y se dé cuenta que ha sido envuelto por el pecado a tal punto que ya no está dispuesto a salir de él porque el esfuerzo que le tomará será mucho mayor que el primer esfuerzo que necesitaba, y si no quiso continuar dando ese esfuerzo antes, más le costará darlo ahora. ¡Pero todavía es buena hora!, todavía tiene oportunidad al leer esto, está usted a tiempo, será peor si se desanima y se aparta de luchar contra su carne a día de hoy, porque esto ocasionaría que peque más y más y ahí sí que puede volvérsele tan duro que se desmotive y decida no intentarlo más.
¿Por qué al regresar al pecado se dificulta más apartarnos de él?
Porque
la carne se fortalece y el espíritu se debilita al haber sido vencido, toma por lo tanto mayor autoridad y dominio la carne. No sabemos qué pasará si nos volvemos a desviar tan solo 1 vez, bien puede ser que nunca más seamos capaces de regresar y permanecer, por eso recordemos lo que se nos dijo desde el principio, Genesis 4: "Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien,
el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo.".
Nos dice que
cuando no hacemos lo bueno, que cuando nos exponemos al pecado este estará a la puerta esperándonos, y nos dice que
aun así debemos de dominarlo, enseñorearnos de nuestro cuerpo y domarlo a la fuerza, esto es precisamente lo que se conoce como
dominio propio, pero
el dominio propio demanda esfuerzo 2 Timoteo 1: "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.", por lo tanto
deje ya la cobardía ante el pecado,
deje las excusitas y de deje de autoengañarse, libre su lucha espiritual, ¡dejá de tenerte lástima!, ¡dejá de consentirte en el pecado!, el dominio propio le tomará esfuerzo continuo, empiece con ayunos, con vigilias, y con obras que le aparten de la tentación, si se acerca a ellas voluntariamente usted es el culpable, luego no busque de que quejarse por su cobardía y por encaminarse al infierno, infierno tanto en la vida venidera como en esta.
De estudio bíblico aprendimos que:
• Solo está en Cristo el que anda como el anduvo, esto es, en santidad.
• El vencedor es el que guarda las obras de Cristo.
• El vencedor obtendrá la vida eterna
• No debemos de permitir que el pecado nos venza, sino que tenemos que vencer con el bien el mal
• Si nos dejamos vencer por el pecado nos costará a futuro aun muchísimo más el apartarnos del pecado
• Si volvemos al pecado tan solo una vez más, podríamos terminar enredados en el para siempre
• El cristiano ha de cultivar el dominio propio y ponerlo en practica para alejarse del pecado.
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